María interpela nuestra zona de confort social

El Marianismo que hemos representado hasta ahora, es el de la Madre educadora que nos conduce, apoya y consuela. Pero hemos dejado de lado a esa María Revolucionaria del Amor como señala nuestro padre.

Jueves 15 de septiembre de 2016 | Patricio Young

Nuestro movimiento está envuelto en un tremendo desafío. Somos y estamos considerados como un movimiento mariano y a la vez elitario socialmente. Tenemos el deber y la responsabilidad de dar respuesta eficiente y efectiva a nuestra Alianza de Amor con Ella en medio  de una Iglesia en proceso de renovación.

Esta disyuntiva no es menor. Primero porque el Marianismo que hemos representado hasta ahora, es el de la Madre educadora que nos conduce, apoya y consuela. Pero hemos dejado de lado a esa María Revolucionaria del Amor como señala nuestro padre. (De Desiderio Desideravi – 1963. El Pensamiento Social del Padre José Kentenich)

Muchas veces hemos rezado y cantado El Magníficat y nos hemos centrado quizás en las maravillas que ha hecho en mi el Señor, pero nuestro padre ahonda en su contenido: “Cosas grandes ha hecho en mí”, y va in crescendo siempre, “ha hecho en mí, el que es poderoso y cuyo nombre es santo.”  Ahora vienen las grandes cualidades del Dios vivo, del Dios de Israel, pero también del Dios que lo es de todo el mundo y de toda la humanidad. El Poderoso, ¿qué hace?  Está allí ¿y qué hace? “A los poderosos abaja del trono” El hace eso. “Ensalza a los humildes” ¿Qué es esto? Libertad, igualdad, fraternidad, pero con sentido totalmente distinto. No, en todo caso, como si a causa de esto todo el ordenamiento, también el orden humano de alto y bajo, fuera volcado y dado vuelta. …“Cuya misericordia cuida de generación en generación a los que le temen. Cuyo brazo poderoso derriba a los de orgulloso corazón.” El, el Dios presente, es quien hace esto, ¿vale? No sólo que está sino el que es. “Elevó a los pobres y sació a los hambrientos y a los ricos desposeyó.”(JK D.D)

Pocas veces nos hemos detenido en estas significativas palabras de nuestra Mater. Es cierto, son duras y muy fuertes, es una verdadera proclama revolucionaria. Así lo comprende nuestro padre cuando señala; “He traído a colación el Magnificat muy a propósito para releer todo de nuevo, en su núcleo central. Todo lo revolucionario que quiere el bolchevismo, lo ha querido también la santísima Virgen, pero respecto a Dios. El bolchevismo aplica lo que la Santísima Virgen anuncia y predica, también el valer del mundo, aunque aplicado a Dios,

Esta es exactamente la revolución que procede de nosotros, ya que en esta dirección somos extremadamente marianos. Esta es la revolución por causa de Dios y, hay que decirlo, por causa de Dios y del prójimo, por amor a Dios y al prójimo. Y todo esto debe ser entendido como el fundamento de toda revolución, también si se trata de cuestiones económicas o técnicas. Tal como es siempre en lo nuestro: Buscamos primero al hombre...” (JK D.D)

El padre nos reclama a los cristianos. La proclama de María la tomaron los bolcheviques y no nosotros. ¿Qué nos pasó? ¿Qué nos pasa hoy? Nuestro Papa Francisco en Evangelii Gaudium también considera a María como revolucionaria; “Hay un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia. Porque cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes. Mirándola descubrimos que la misma que alababa a Dios porque «derribó de su trono a los poderosos» y «despidió vacíos a los ricos» (Lc 1,52.53) es la que pone calidez de hogar en nuestra búsqueda de justicia.” (288)

Los Obispos de Nicaragua en un documento fechado el mismo día en que celebrábamos los 62 años del 31 de mayo (2011) afirman que “El Magnificat es el prólogo de las Bienaventuranzas proclamadas por Jesús: “Ella nos enseña que la felicidad anunciada en el Evangelio no se basa en la avidez y la posesión de bienes materiales, ni en los goces pasajeros que nos engañan y deshumanizan, ni en la ambición desmedida de poder sobre los demás a toda costa”.

Agregan, “María “no es indiferente frente a los problemas de su pueblo”. “De ella debemos aprender que es exigencia de nuestra fe conocer y comprender la realidad social y política del país, comprometernos en transformarla sabiendo que Dios se inclina siempre a favor de los pobres y denunciar con valentía todo aquello que se oponga a los valores evangélicos de la justicia, la verdad y la fraternidad”.

Sin duda alguna que el Magnificat nos muestra un rostro distinto de María al que usualmente hemos contemplado.  Siendo una expresión fidelísima del camino que su hijo nos vino a mostrar y que consagró con su vida; el hombre solidario y misericordioso por el amor y en el amor.

El padre nos invitó a comprometernos en una gran misión de transformación del hombre y la sociedad y nos pregunta; “¿Acaso no es esto una revolución? Hemos dejado de verlo como tal. Y nosotros hemos elevado al trono a la santísima Virgen como la revolucionaria, como la ayudante permanente. ¿Qué significa esto? No es sólo la amable Señora y Madre, sino ¿de quién se trata? Es la figura grandiosa de una mujer que ayuda a Dios como ayudante permanente. Propiamente el gran revolucionario es Cristo, ¿no es cierto?   Y ella está junto a él. Así tenemos que entender a la Santísima Virgen en todas las cosas, en todas las situaciones de la vida.”

Pero que nos dice esto hoy a nosotros, miembros de Schoenstatt. Sin duda alguna que siendo un movimiento elitario socialmente nos invita a revisarnos y salir de nuestra Zona de Confort Social en que vivimos.

En efecto. Nuestra mirada de la sociedad en sus cambios y transformaciones nos inquietan. Nos sacan del espacio de tranquilidad en que vivimos. No entramos a debatir y profundizar en los problemas de fondo que aquejan a nuestra gente, porque nos deja intranquilos. Quienes tienen un rol empresarial o ejecutivo, que por la condición social de nuestro movimiento son muchos, no nos planteamos temas de fondo sobre la propiedad, la distribución de la riqueza, sino que nos centramos solo en cómo mejorar la relación entre capital y trabajo, porque entrar en honduras nos lleva a conflictuarnos. No queremos involucrarnos en la política, donde se puede actuar sobre el bien común, porque tenemos temor a contaminarnos. Nuestra zona de confort es muy agradable porque tenemos cierto nivel de paz. Sin embargo, “una paz que no surja como fruto del desarrollo integral de todos, tampoco tendrá futuro y siempre será semilla de nuevos conflictos y de variadas formas de violencia”. (Papa Francisco Evangelii Gaudium 219)

“La paz social no puede entenderse como un irenismo o como una mera ausencia de violencia lograda por la imposición de un sector sobre los otros. También sería una falsa paz aquella que sirva como excusa para justificar una organización social que silencie o tranquilice a los más pobres, de manera que aquellos que gozan de los mayores beneficios puedan sostener su estilo de vida sin sobresaltos mientras los demás sobreviven como pueden. Las reivindicaciones sociales, que tienen que ver con la distribución del ingreso, la inclusión social de los pobres y los derechos humanos, no pueden ser sofocadas con el pretexto de construir un consenso de escritorio o una efímera paz para una minoría feliz. La dignidad de la persona humana y el bien común están por encima de la tranquilidad de algunos que no quieren renunciar a sus privilegios. Cuando estos valores se ven afectados, es necesaria una voz profética”. (E.G 218)

En efecto, si conscientemente no buscamos una mejor distribución social que pasa necesariamente porque los que tienen más aporten más, no con caridad como señala el Papa Francisco, sino con Solidaridad, no estamos abordando la realidad social de fondo de nuestro país y queramos o no nos estamos haciendo cómplice de que tarde o temprano se pueda generar una profunda crisis social. “Ya no podemos confiar en las fuerzas ciegas y en la mano invisible del mercado. El crecimiento en equidad exige algo más que el crecimiento económico, aunque lo supone, requiere decisiones, programas, mecanismos y procesos específicamente orientados a una mejor distribución del ingreso, a una creación de fuentes de trabajo, a una promoción integral de los pobres que supere el mero asistencialismo. Estoy lejos de proponer un populismo irresponsable, pero la economía ya no puede recurrir a remedios que son un nuevo veneno, como cuando se pretende aumentar la rentabilidad reduciendo el mercado laboral y creando así nuevos excluidos.” (E.G 204)

Si queremos ser Discípulos-misioneros en un Schoenstatt en salida, SI o SI tenemos que responder a estos dilemas. Sin duda alguna que la respuesta debe ser activa, saliendo de nuestra Zona de Confort. Porque “sólo puede ser misionero alguien que se sienta bien buscando el bien de los demás, deseando la felicidad de los otros. Esa apertura del corazón es fuente de felicidad, porque «hay más alegría en dar que en recibir» (Hch 20,35). Uno no vive mejor si escapa de los demás, si se esconde, si se niega a compartir, si se resiste a dar, si se encierra en la comodidad. Eso no es más que un lento suicidio.” (E.G 272)

“Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Comentarios
Total comentarios: 6
24/09/2016 - 23:01:10  
Mi comentario no salió completo
Slds

Miguel fernandez
Agua santa
23/09/2016 - 13:42:53  
Querido Patricio,
Muchas gracias por tu artículo, que nos lleva a meditar no solo a nosotros los Schoenstatianos, sino a todos los habitantes de esta tierra, creyentes o no, ya que hay consenso en la comunidad mundial, de abajar del trono a los poderosos y ensalzar a los humildes.
Ahora tenemos que encontrar el sentido a estas hermosas y no menos polémicas palabras de la Virgen María, que aparecen en el que hasta hoy nos ha convenido dejarlas reposando en las páginas de nuestra Biblia.
¿ Como hacer esta revolución del amor?. La única forma que se me ocurre, es partiendo por generar una revolución en la interioridad de cada uno de nosotros los ricos (en el movimiento de Schoenstatt la mayoría somos ricos), cambiando el hombre viejo por el hombre nuevo y de esta forma, generar ese cambio que permitirá abajarnos de nuestros poderes y hacer todo lo que sea posible, por exaltar a los pobres.
Si nuestra preocupación es tener un mundo mas justo, mas solidario y mas feliz, debemo
23/09/2016 - 00:16:41  
Excelente artículo Patricio, comparto plenamente contigo... Hay tanto por hacer y donde hacer. Tenemos que infiltrarnos en los espacios públicos en donde podamos aportar con un granito de arena al bien común.
El "Proyecto Alegrate mujer" que ha puesto en marcha la columna femenina del movimiento apuesta un poco a esto, a que la mujer se dignifique, se valore y que asuma su responsabilidad de humanizadora y así también desde esa realidad que le toque vivir, luche por la educación y formación de su familia..

Veronica Ciudad
Viña del Mar
22/09/2016 - 16:09:18  
Muy bueno el artículo de Patricio, directo y sin la anestesia que los schoenstattianos acostumbramos. Me hace recordar que hace algún tiempo un joven sacerdote de Schoenstatt contó en una plática que otro sacerdote le había dicho "Uds. los schoenstattianos tiene una espiritualidad mariana muy bella, muy hermosa, lamentablemente me parece que se quedaron pegados en la primera estrofa del Magnificat y nunca pasaron a la segunda..." Sospecho que esa opinión es muy generalizada en la Iglesia y en la visión que se tiene de nosotros desde afuera. Lo que Patricio dice, me parece, es muy simple: pasar ya, es el tiempo, a la segunda estrofa y dejarnos interpelar por ella, que nuestra Alianza de Amor también la incorpore...

GUILLERMO PARRA SILVA
Viña del Mar
20/09/2016 - 17:45:14  
Patricio , muy bueno el articulo. Me interpela en sentimiento , pensamiento y en la acción o llamado a dejar mi zona de confort social.
Gran tema para grandes problemas que vivimos como sociedad y que no podemos soslayar. El llamado es claro y conciso : tenemos una misión que asumir con María y como María frente a la necesidad del hermano.
Me aclara mucho la conexión al tema central que haces de partes de Evangeli Gaudium del papa Francisco.
Un fraternal abrazo en Cristo Jesús y nuestra querida Mater

sergio toledo
Rama Hombres , LP
20/09/2016 - 14:42:51  
Un buen diseño nos entrega Patricio para ser Iglesia en salida.
Llama la atención que todos los documentos recientes de Papas y Obispos terminan haciendo una referencia al "oficio" de Maria como Evangelizadora. Tal vez no se toma en cuenta. De ahi que la misión de Schoenstatt es avanzar en lo obvio según San Vicente Pallotti "Ella es la gran misionera, hará milagros.".. Dejemos que nos envie...

John Hitchman
USA
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