La mujer que ama a María

Las mujeres seguimos siendo la esperanza de esta humanidad, siempre y cuando le abramos la puerta de nuestro corazón a Jesús, para escuchar su voz a través de la mirada de María, su madre, la mujer que fue más allá de sus límites para participar en la misión de Cristo, misión a la que nosotras también estamos llamadas a colaborar.

Sábado 3 de marzo de 2018 | Lucía Zamora

Hoy en día las mujeres jugamos un papel muy importante no solo en el campo laboral, sino que también hemos aprendido a caminar en medio de la ciencia, de la cultura, del deporte, de la religión y de la misma familia (desafío de nuestros tiempos). Puedo decir que algunos de estos logros se lo debemos a aquella terrible tragedia que sucedió en 1911 en Nueva York, donde murieron 146 costureras y por la cual conmemoramos cada ocho de marzo el día Internacional de la mujer. A raíz de este acontecimiento, mujeres de todo el mundo comenzaron a levantar la voz simplemente para pedir que se les tratara como a personas, pues esta desgracia tuvo que ver con la avaricia y con el no querer perder. Sin embargo, a pesar del dolor y de la pena de estos hechos, fuimos ganando presencia en el mundo.

Como vemos, este lamentable suceso fue el inicio de un camino para alcanzar la dignidad, pero al paso de los años esta lucha se salió de las manos y comenzamos a querer competir con los hombres. En algunos de los casos, a ellos les vino bien el empoderamiento de la mujer para desligarse de sus obligaciones como proveedores; en otros, han querido aplastar con dureza nuestra dignidad, convirtiéndose en asesinos. Son lamentables las consecuencias, el mundo está verdaderamente de cabeza.

En mi país (México) las cosas no están bien, estamos pasando tiempos muy difíciles, tenemos problemas de economía, de educación, pobreza, de corrupción y por si fuera poco... de feminicidios, una palabra que en algunos países no aparece en el diccionario, pero acá es común escucharla. Jovencitas desaparecidas y asesinadas, la cifra mejor ni mencionarla. A lo que voy, es que siguen habiendo tragedias, nos siguen mirando como un objeto, peor, como si fuéramos nada, pues detrás de estas lamentables muertes ¡hay rabia y coraje!

No sé qué pasa por la mente de estos criminales, en el fondo quiero pensar que simplemente es droga la que existe en su cuerpo, pero mi razón también me dice, que lo que hubo y habrá detrás de todo esto, es una madre que se olvidó de cultivar el amor, la caridad y la misericordia en aquellos que Dios le confió. Una mujer que queriendo subsistir en medio de las exigencias, se le olvidó crecer en su identidad, y confundida, ha atiborrado a los hijos de cariño o los ha dejado sin gota de amor. Se desequilibro la relación madre e hijo, se rompió ese eslabón de confianza que garantiza la unidad familiar, y así es, como seguimos formado delincuentes; así es como muchas mujeres han sido víctimas de un sistema que le cerró las puertas a Dios.

¿Qué nos está pasando?... ¡Nos estamos olvidando de ser lo que somos! Creo que en ese afán de querer ser vistas, hemos dejado la educación del corazón de nuestros hijos y del propio, a cargo del Internet y las redes sociales. Qué triste reconocer que nos estamos olvidando de lo más importante: de darles amor, de acercarlos a Dios y de tomar con valentía y coraje a la familia; tampoco puedo dejar fuera de esto a los varones, ya que a una edad adulta ni como culpar a la madre por lo que ellos ya pueden decidir, sin embargo, el equilibrio emocional y espiritual viene en gran medida de la mamá y es ahí donde estamos fallando, estamos dejando lo más por lo menos.

A pesar de todo, creo que las mujeres seguimos siendo la esperanza de esta humanidad, siempre y cuando le abramos la puerta de nuestro corazón a Jesús, para escuchar su voz a través de la mirada de María, su madre, la mujer que fue más allá de sus límites para participar en la misión de Cristo, misión a la que nosotras también estamos llamadas a colaborar.

Mirar a María todos los días, nos llevará a amarla cada vez más, pero amarla no es simplemente tenerla en un altar, mi amor por Ella es, entrarle al toro por los cuernos, es decir, vivir la vida con todo lo que trae... ¡como Ella la vivió!... ¡VIVIRLA! sin distraernos, ni escondernos. Amar a María es vivir nuestro ser femenino desde las tristezas y alegrías, desde la soledad y el cansancio, desde el silencio y la oscuridad, desde la voz y la ternura. Amar a María, es entregarse al amor verdadero que nos llevará a vivir la felicidad en la plenitud de nuestro ser.

Hoy en día conmemorar el día Internacional de la mujer no debería de ser solo para festejar lo que hemos logrado a través de la historia, creo que este día debería de ser un día que nos recuerde que hay que seguir luchando por querer conquistar el mundo, si...¡Conquistarlo! con la esencia femenina, con la dulzura que está dentro de nosotras y que pareciera el mundo no necesitar. Conquistarlo en la oración, en la entrega y en el servicio desde la mirada y el corazón de la Mater.

Comentarios
Total comentarios: 1
03/03/2018 - 23:00:32  
MUy a certain y profound a su reflex ion.SIempre hemos sanidine que ine que des de Mexiico vend ran grandes bendiciones y que la Virgen de Guadalupe de comprometio con see pueblo tan sufrido.Este elements de bi Unitdad y de devotion a la Madre de be see el a porter de Schoenstt.Entonces Vendra la nueva primer tan desead para Mexio queries Y man alla
Bendiciones

John Hitchman
Des de China
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